Presos del tiempo

Alguna vez han sentido que todos los días suceden igual que el anterior y como que nada se altera en lo más mínimo, al punto de que adivinan que ira sucediendo a continuación, como lo que le sucedía al protagonista de “El día de la Marmota”, que vivía una y otra vez el mismo día, pero que al final entendió que debía cambiar internamente el para que las cosas fluyeran. Así me siento en algunas ocasiones, pero siempre es posible revertir esas monotonías de la vida, suelo hacer algunas variaciones para no caer en esa especie de hechizo al que somos sometidos regularmente.

La rutina en si no me convence del todo actualmente, creo que romper de alguna manera ese circuito que realizamos es necesario para liberarnos de ciertas cadenas que nosotros mismos nos llegamos a imponer, si bien hay obligaciones impostergables, en otros casos no deberíamos seguir ciertos parámetros.

En el caso de estudios o trabajos, uno está envuelto necesariamente en una rutina impostergable, con fugas esporádicas. En el caso del trabajo propiamente tal, a veces no hay espacios para dedicar a otras cosas o hacer más vida social, ensimismándonos en nuestro universo personal, y cerramos la posibilidad de romper con ese circuito, la vida es mucha mas que cuatro paredes.

Pero necesariamente uno debe escarbar dentro de ese universo personal para reflotar y de alguna manera redescubrir la vida, el tema de replantear puede tomar tiempo, pero al final será algo provechoso.